martes, 4 de noviembre de 2008

Llamando, llamando!

Todo el mundo habla de las maravillas del Skype. Y es que poder hablar con cualquier persona del mundo en cualquier momento tiene su qué ¡Además se puede ver a nuestro interlocutor mediante cámara web!¡Qué chachi!

Ahora bien, desde mi humilde experiencia en llamadas al extranjero, que es bastante amplia (ai la familia), la utilización del ordenador fue siempre un incordio. Estoy hablando de hace algunos años, cuando tardabas 4 segundos en recibir lo que el otro decía, y la conversación se iba acoplando tediosamente. Después de muchos intentos con diferentes programas, decidimos pagar tarjetas telefónicas, que no son muy baratas pero hablas de teléfono a teléfono, como toda la vida (pero como si estuvieras en la casa de al lado, y no a chikisientos kilómetros de distancia). El caso es que las tecnologías mejoraron y con ello las llamadas de ordenador a ordenador. Es todo perfecto, excepto por el pequeño detalle de que cuando uno llama a su abuelo de 80 años es complicado explicarle que tiene que ir al ordenador, entrar en Internet, conectarse a tal programa, verificar que el micro y los altavoces estén bien enchufados, etc., etc. Así que, en este caso no hay Skype que valga. ¿O Si? Porque SkypeOut nos ofrece la posibilidad de llamar a un fijo desde nuestro ordenador. El problema entonces es el mismo que con cualquier programa de llamada de ordenador a ordenador: no puedes moverte. Incluso es aun peor, porque cuando llamas de ordenador a ordenador, tanto tú como tu interlocutor estáis en la misma situación, y se permiten licencias que en una llamada telefónica no se harían, como dejarlo colgado dos minutos porque vas al baño, o decirle “espera, que estoy buscando una cosa en Google” o esos incómodos silencios de cuando llevas dos horas hablando y no hace falta colgar porque la llamada es gratuita. Todo esto no lo puedes hacer en una llamada de ordenador a teléfono, porque tu interlocutor tiene otra percepción de la llamada. No está delante de un ordenador, por lo que no puede distraerse con las miles de chorradas que nos ofrece la red. Además, cuando hablas por teléfono estás más concentrado en la llamada que en el resto de las cosas. Todo esto se incrementa si hablas, como ya decía, con tu abuelo de 80 años.

Pues todo esto se ha acabado. Gracias al cielo hoy existen programas como Voipbuster, que te permiten llamar de teléfono a teléfono, marcando a través del ordenador, y por un precio de broma. La tarifa para llamadas a casi todo el hemisferio norte es de 0 € el minuto sin establecimiento de llamada, y a Argentina me sale a 0,012 €, una ganga. Sin duda, hasta ahora es el mejor sistema que he encontrado. El problema sigue siento que me llame mi abuelo de 80 años… Pero bueno, no podía ser tan perfecto.

En cuanto al Skype, puede que sea un exitazo debido al acceso que tenemos los jóvenes a las nuevas tecnologías. Pero no creo que sea útil como sustitutivo de la llamada telefónica de toda la vida.

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